lunes, 10 de mayo de 2010

Relax - óleo/tela 177 cm. x 136 cm.

1 comentario:

  1. Hay en las obras de G. Elola, un gusto, una atracción o tal vez una sugestiva persecución por dejar a un lado la imitación de lo natural, en ese aspecto que llaman realismo, para transfigurarlo en vivencias interiores, no adhiere al onirismo ni a lo hiperreal , si a una forma propia de ver y sentir lo que le rodea, lo que imagina, donde cada elemento es bañado por una luz fría, casi seca, inmoviliza a los personajes, sus interiores sugestivos nos muestran un fino, pero puro erotismo.
    Tratar de entender su postura artística, va de conocerlo a lo largo de décadas, ese perro tal vez lobo que acompaña, aúlla , se recuesta, tiende a ser mucho su persona, acaso solo, cercano a esa figura femenina que lo seduce y trata de cuidar, busca en ellas una intimidad animal, pero algo en el aparenta lo domesticado ,pero solo aparenta, eso que los demás llaman voyeur en Elola es mucho mas que el goce en la mirada, es el rondar de un cazador frente a la presa, nunca del ataque feroz, si del que observa se detiene y esta en esa constante espera.
    La misma espera que le lleva generar su obra, todo planteo plástico, es en realidad, una búsqueda de apropiarnos de lo intangible. En él, su cuidadosa búsqueda, no lo hace caer en ninguna trampa.

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